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El Crimen de los Pinos de Gáldar.

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CRÓNICA NEGRA: CRÍMENES DEL PASADO en GRAN CANARIA.

CASO 1: EL CRIMEN DE LOS PINOS DE GÁLDAR.

“APACHES” ALEMANES EN GRAN CANARIA.

(PRIMERA PARTE)

Retrato de los asesinos: Paul Astein, Paul Bernstein Hoffer (a) «El Médico Alemán» (izqda.) y Luis o Johann Ludwig (a) «El Carnicero» (dcha.). 

Fotografía N.º: 00361. Fotógrafo: Enrique Ponce. Colección: José A. Pérez Cruz. Año: 1920. Lugar: Antiguo Convento de San Agustín.

[Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC].

 

Inauguro un nuevo blog esta donde comentaré los crímenes del pasado en Gran Canaria: “Crónica negra: Crímenes del pasado en Gran Canaria”, con uno de los asesinatos que más conmocionaron a los canarios y que tuvo repercusión en la prensa, tanto en las islas como en la Península. Dejo el enlace del blog: https://cronicanegra.es

 

CASO 1: FICHA

El caso: El crimen de los Pinos de Gáldar.

Crimen: Robo y homicidio. Agravantes: Alevosía, premeditación, abuso de confianza, nocturnidad y despoblación.

Autores: Paul Bernstein Hoffer (a) el Médico Alemán. Nombre real: Paul Astein ; Luis o Johann Ludwig (a) El Carnicero.

Fecha del crimen: La noche del 12 de septiembre de 1916, entre las 22 y las 23h.

Lugar de los hechos: Pinos de Gáldar, junto al cortijo de Pavón, Gran Canaria.

Víctima: José Ezequiel Navarro Gisbert, farmacéutico; 57 años; soltero; natural de Onil (Alicante); residente en el Hotel Universal, sito en la C/ León y Castillo de Las Palmas de Gran Canaria, esquina Colmenares.

Sentencia: Pena capital (Garrote vil). Indultados posteriormente: Cadena perpetua (no la cumplieron pues a los pocos años fueron puestos en libertad).

 

“Quien guarda su boca guarda su alma; pero el inconsiderado en hablar sentirá los perjuicios”.

Proverbios 13:3.

“En boca cerrada, no entran moscas” / “Por la boca muere el pez”.

Refranero español.

 

Introducción 

Las sentencias anteriores podrían aplicarse a la desafortunada víctima de este horrendo crimen, D. José Navarro. Por supuesto, los únicos culpables fueron los asesinos, pero D. José fue imprudente al comentarle a todo el mundo que tenía una maleta llena de dinero. Quizá, esa inocente generosidad de palabra, fue el detonante de su fatal destino al llegar a oídos de dos personajes tan oscuros.

Este crimen dio mucho de qué hablar a nuestros ancestros de principios del siglo XX, por lo premeditado, macabro y violento. Debió de ser una novedad desagradable para la gente de Gran Canaria que, en general, llevaba una vida apacible.

Resumen: Dos alemanes con antencedentes, robaron y mataron con premeditación y alevosía, a un farmacéutico adinerado de origen valenciano que había llegado unos meses antes desde África. Su intención era establecer una botica en algún pueblo del interior de Gran Canaria, en Guía probablemente. Había reunido una gran suma de dinero durante los  años que había vivido en Cuba, que llevaba en una maleta. Ambos delitos se cometieron de noche, entre las 22.00 y las 23:00h, del día 12 de septiembre de 1916, en el tranquilo y bello lugar denominado: Los Pinos de Gáldar.

 

Los Asesinos

1.Paul Von Bernstein Hoffer (a) El Médico Alemán, Curandero: En el periódico, El Tribuno, del día 20 de septiembre de 1916, en la página 2, se da la siguiente descripción de él, cito: “El detenido Barnstein Hoffers es un hombre que aparenta tener de 27 a 29 años de edad. Es alto, elegante, rubio, de aspecto distinguido y simpático. En sus modales hay relativa corrección, y no revela ser un personaje burdo ni sospechoso. Viste bien, y su aspecto no hacía suponer que fuese capaz del horrible hecho que ya se le atribuye.
Generalmente vivía en el pueblo de San Mateo, donde  como en los demás pueblos que recorría se hacía pasar por médico disfrutando de una tan crecida clientela que se convertía casi en peregrinación. Esta intrusión dio lugar a distintas denuncias, algunas de ellas publicadas en las columnas de EL TRIBUNO”.

Un poco más adelante, cuando hablan del registro hecho en la habitación del “Hotel Rayo” sito en el Puerto de la Luz de Las Palmas de Gran Canaria, donde se hospedaba el falso médico, dan más detalles de otras posibles tropelías cometidas por este sujeto, cito: “[…] También fueron hallados documentos de identidad pertenecientes al joven señor Gonzálvez, sobrino de don Francisco Gonzálvez comerciante del Puerto de La Luz, cuyo jóven se encuentra en Nueva York desde hace algunos años. Este señor Gonzálvez, según manifestación de su tío, fue aquí alumno de idiomas del supuesto médico alemán, Hoffers, quien había dicho que los citados documentos se le habían extraviado…”.

Años después, cuando se estaba celebrando el juicio, en el periódico, El Progreso, del sábado 29 de marzo de 1919, en la página 2, comentan los antencedentes en Alemania de los asesinos, y cito: “…La vida y milagros de Pablo, según averiguaciones practicadas son las siguientes: En las oficinas de la policía dedicada a la investigación criminal en Berlín existen los siguientes datos: El detenido es de oficio tipógrafo, se llama Paul (Pablo) Astein, (no Bernstein), nació en Braunschweig (Brunsweiga), el día 8 de octubre de 1891, es hijo del cerrajero del mismo nombre, el cual nació el 31 de Agosto de 1863 en Sankt Amarid, Alsacia, y su madre se llama Alwine de Anstein viuda de Dengenhart, domiciliada en BrunsWeiga Sidonienstrasse número 4.
El dicho Paul Astein, Pablo Bernstein, (a) El Médico alemán habitó en Hannover en una casa de huéspedes de la Labestrasse 14 hasta el día 10 de Febrero de 1914, en que desapareció declarándose fugitivo.
Ha sido procesado por la Audiencia de Hannover por el delito de defraudación, fué condenado una vez por robo ordinario, otra vez por robo complicado, dos veces por intento de coacción, y diferentes veces ha sido condenado por delitos diversos siendo las penas impuestas desde una semana a dos años y tres meses, y además tiene impuesta la penalidad de tres años de degradación cívica.
La última condena fue impuesta por la Audiencia de BrunsWiga el día 12 de Junio de 1914…”.

Antecedentes en Tenerife, Periódico Ecos, 23 de septiembre de 1916, página 2: “…estuvo en el mes pasado en Santa Cruz hospedándose en el hotel Colón, donde permaneció hasta el día 12.
Pablo Bernstein vestía con bastante lujo y ostentaba numersas joyas. En el hotel Colón permaneción catorce días, y llegó a infundir algunas sospechas en el Consulado alemán, hasta el punto de ser expulsado un día de aquel Centro, en ocasión en que había ido a visitar al cónsul, por ciertas incorreciones que parece había cometido.
El vicecónsul alemán tuvo un entrevista con el propietario del hotel, señor Reyes, al que manisfestó su desconfianza de dicho individuo, por tener noticias de que su comportamiento no era muy recomendable.
Pablo Bernstein, que llevaba tarjetas con el nombre de “Pablo Rodríguez”, se despidió del dueño del hotel, manifestándole que iba a hacer una excursión por el norte de la isla, y no se volvió a saber más de él”.

Retrato de Paul Astein, Paul Bernstein Hoffer (a) El Médico Alemán.

Fotografía N.º: 015965. Fotógrafo: Francisco Izquierdo Pozuelo. Colección: Cronista Oficial de Gran Canaria Martín Moreno.

[Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC].

 

2. Luis o Johann Ludwig (a) El Carnicero: Podemos leer en El Tribuno del 21 de septiembre de 1916, en su página 2, algunos detalles de Luis, cito: “[…] Luis, conocido por el carnicero, por desempeñar esa profesión en uno de los barcos alemanes que desde el principio de la guerra se hallan en este puerto.
El referido Luis el carnicero fué detenido en un cafetín del Puerto de la Luz. A este individuo se le han encontrado documentos que atestiguan su reprochable conducta, y en los que consta haber sido varias veces condenado por diferentes fechorías. […] Las sospechas recaídas en el tal Luis fueron fundadas en que a este sujeto, se le habían visto varias alhajas que él no acostumbraba a usar antes de cometido el crimen, habiéndolas enseñado en algunas casas de lenocinio que con frecuencia transitaba. Además en estos días gastaba mucho dinero, cosa poco habitual en él. En la casa de Dolores Tomeo, en el barrio de Arenales que transitaba el Luis […]”.
En el periódico, El Progreso, del sábado 29 de marzo de 1919, en la página 2, comentan los datos obtenidos de la policía de Berlín: “Del Luis no se tienen exactos antecedentes penales. Llegó a Las Palmas en uno de los buques alemanes internados en aquel Puerto.
Donde más se le conocía era en las tabernas y casas de prostitución del barrio de la Portada. Con frecuencia era detenido y conducido al Cuartecillo Municipal y alguna vez se le sumarió por resistencia a los agentes de la autoridad […]”.

Retrato de Luis o Johann Ludwig (a) El Carnicero. 

Fotografía N.º: 00361. Fotógrafo: Enrique Ponce. Colección: José A. Pérez Cruz. Año: 1920. Lugar: Antiguo Convento de San Agustín.

[Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC].

 

La Víctima

José Ezequiel Navarro Gisbert. Estas son algunas de las descripciones que aparecen en diversos periódicos sobre el desafortunado farmaceútico:

Periódico: Ecos, 19 de septiembre de 1916, página 2: “ […] quién podía ser el muerto, se supo que un huésped del “Hotel Universal”, sito en la calle de León y Castillo [Esquina Colmenares], había salido de dicho hotel quedando en volver al día siguiente, sin que hasta ahora haya aparecido.
Las ropas que vestía el cadáver encontrado coincidía con las del huésped desaparecido. Este se llamaba don José Ezequiel Navarro, de 50 años de edad, soltero, natural de la provincia de Valencia. Había estado mucho tiempo en Cuba y ahora había llegado de África hace unos cuatro meses. Traía consigo varias cajas con enseres de botica.
Este señor tiene establecida una farmacia en el pueblo de Guía de Tenerife, teniendo al frente de ella a un sobrino suyo llamado Francisco Vilaplana…” .

Periódico: Ecos, 22 de septiembre de 1916, página 2: “Don José Ezequiel Navarro Gisbert había estudiado la carrera de farmacia y cuando la guerra de Cuba fué a esta isla como soldado. Después instaló una farmacia, dedicándose a este negocio en el que prosperó mucho ganando bastante dinero. El señor Navarro había viajado mucho y hablaba, francés, italiano e inglés.
En Onil (Alicante) vive con cinco hijos una hermana de la víctima, llamada Sinforosa Navarro”.

Periódico: El Tribuno, 18 de septiembre de 1916, página 2: “A juzgar por la ropa que el muerto vestía, éste era persona de buena posición. El traje se encuentra todavía casi en perfecto estado, lo cual denota que el tiempo en que se ha cometido el hecho no debe ser muy lejano. Los calcetines, según nos dicen, son de seda, y el paño del traje es de una lana fina, magnífica. Todos estos pormenores hacen suponer que el muerto fuese individuo de desahogada posición económica. […] En uno de los bolsillos de la americana, hallóse un sombrero, panamá, de los llamados “jipi japas” de clase muy superior a los que comunmente se ven en los que regresan de Cuba.Varios de los campesinos que en estos últimos días han llegado de esta isla, aseguran que este sombrero tiene un valor elevadísimo, pues es de la calidad más cara que se fabrica. […] El muerto aparece con toda la dentadura montada en oro”.

Retrato de José Ezequiel Navarro Gisbert.

Fotografía extraída de un artículo de D. Pedro Socorro Santana, Cronista Oficial de la Villa de Santa Brígida.

[Fuente: Socorro Santana, P. ( 15 de febrero de 2015). La Cruz del Boticario. «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.22].

 

El Engaño

D. José, fue cautivado por el saber estar, la apariencia y la creencia de que uno de sus asesinos, el denominado Médico Alemán, era un representante de esa digna profesión y, por tanto, no tenía nada que temer. Este falso médico, se hizo “amigo” del difunto para embaucarlo. Estuvo convenciendo a nuestro farmacéutico los días previos al asesinato, para que le acompañara a los Pinos de Gáldar. Más adelante se uniría su cómplice, El Carnicero. En este viaje se suponía que iba a comentarle los beneficios que podría obtener por participar con él, en un negocio de almendras que tenía planeado. Aunque D. José no iba a participar en dicho negocio, como aseguró al dueño del hotel “Universal” en el que se hospedaba, llamado Francisco Artiles, decidió acompañarle. Este fue el triste resultado:

Cruz del Boticario (Ubicada en el lugar donde fue cometido el crimen en los Pinos de Gáldar). 

[Fuente: Carta etnográfica 09882, FEDAC].

 

Aquí un relato del periódico La Acción, Madrid, del 22 de septiembre de 1916, página 5, en el que se describe el engaño: “ […] el alemán Berstein trabó amistad con Navarro, intimando a poco con él. La confianza que al señor Navarro supo inspirar el falso médico alemán fué causa de que aquél mostrase a éste en distintas ocasiones valiosas alhajas, títulos de la Deuda pública y grandes cantidades en metálico, todo lo cual provocó la ambición del inculpado y le decidió a cometer el crimen.
Berstein propuso al farmacéutico un gran negocio. El día 2 de septiembre marcharon juntos, llevando el señor Navarro una abultada maleta y dirigiéndose los dos a Agaete, punto distante 50 kilómetros de Las Palmas.
En Agaete embarcaron con rumbo a San Nicolás, donde se hallaban los otros cinco alemanes [En un principio, se creyó que fueron cómplices y que se trataba de una banda, pero fueron absueltos estos otros alemanes], sobre los que recaen sospechas de complicidad. Pasaron en San Nicolás la noche, y a la mañana siguiente, después de conseguir Berstein que un vecino llamado Hermenegildo Hurtado le facilitase un caballo para llevar la maleta del farmacéutico, salieron para los pinares de Gáldar, atravesando la cumbre de Tejeda.
Los pinares hállanse enclavados en un bello lugar, donde se alzan gigantescos pinos canarienses, a 1500 metros del nivel del mar. En algunos puntos el suelo se encuentra cubierto de arenas de naturaleza volcánica. En este sitio solitario se cometió el horrendo crimen, en el que concurren circunstancias únicas en este país”.

En La Provincia, 25 de septiembre de 1916, página 1: “[…] las artes que pondría en práctica el “médico” para llevarse por caminos extraviados a la víctima a horas intempestivas de la noche, con todo su capital encima.
Opio, morfina, hinotismo, sugestión y todos cuantos medios pueden idearse se han tenido a debate y no resulta claro el procedimiento aplicado.
Su atracción personal es innegable. Al llegar a Guía, detenido como presunto asesino, con la cabeza alta el mirar sereno, saludando a sus amigos, causó en el público buena impresión. Y muchos hay que les apena verlo comprometido en este asunto, él tan elegante, y simpático.
El poder sugestivo de este hombre es otro hecho probado. Los campesinos los defendían de los abrumadores cargos. No podía ser él. Tenía un corazón de oro.
Esta cualidad falsa cuidó el mucho siempre de hacerla resaltar y creer al señor Navarro.
Varios casos conocidos se citan del aspecto moral con que se le presentó a D. José Navarro. Toda una campaña de convencimiento”.

 

El crimen

Veamos el relato del crimen en diversos periódicos:

La Acción, Madrid, 22 de septiembre de 1916, página 5: “ “Apaches” en Canarias […] Sevicia de los criminales. El criminal o los criminales que perpetraron el asesinato dieron con él una prueba de espeluznante refinamiento al hacer la disecación de la cara y la cabeza de la víctima.
Ha aparecido el cadáver con la piel arrancada desde el cuello para arriba, medio enterrado en escoria volcánica y sin calzado”.

Recreación del crimen I.

[Fuente: Moreno, M. ( 16 de junio de 1985). Siesta de Memorias. La verdadera historia del famoso crimen de Los Pinos de Gáldar (2). «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.28].

 

El Globo, Madrid, 26 de septiembre de 1916, página 2: “[…] Según Johann Ludwig, su compatriota le entregó 500 pesetas, y hubo de ofrecerle 10.000 más para después de consumado el hecho.
Salieron de Tejeda en la noche del 12 los dos criminales y su víctima, que ya en las cercanías de los pinares sospechó el plan de sus acompañantes, y presa de la más cruel angustia, suplicó a los alemanes que no atentaran contra su vida, a la vez que prometía entregarles cuanto llevaba.
Yo no fuí más que un dócil instrumento de Bernstein ha agregado el carnicero. Y su respuesta al farmacéutico fué la orden de que le asestara yo un palo en la cabeza. Johann descargó el golpe y el curandero hundió varias veces en el pecho del caído el puñal, que, por cierto, le había regalado un isleño, y que es de artística empuñadura, como ya dijimos.

Recreación del crimen II.

[Fuente: Moreno, M. ( 16 de junio de 1985). Siesta de Memorias. La verdadera historia del famoso crimen de Los Pinos de Gáldar (2). «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.28].

 

Consumado el crimen, los asesinos transportaron el cadáver á unos cuantos metros del solitario camino, y á la luz de la luna le cubrieron de una débil capa de arena.
En la mañana del 13 Bernstein y Johann Ludwig regresaron á Tejeda, donde el primero lavó cuidadosamente una mancha de sangre que aparecía en un paño de su camisa. El 14 estuvieron en Arucas, y el día siguiente llegaron a Las Palmas. […]”.

La Provincia, 21 de septiembre de 1916, página 1: “[…] Los criminales, ensañándose con su víctima, le arrancaron el cuero cabelludo dejándole el cráneo al descubierto.
Después de convencidos de la muerte del señor Navarro, medio lo sepultaron en tierra, con gran parte del busto fuera de la improvisada sepultura.
Cometido el crimen, el alemán debió marcharse a pié hasta las Lagunetas, enviando la yegua que montaba a San Nicolás con Luis Luigi [Es Ludwig]”.

 

El viaje planeado, la peripecia de la víctima, y andanzas de los asesinos los días posteriores al crimen

Brevemente, extraemos de la prensa todo lo referente al inicio del viaje, la duración del mismo, los pueblos por donde pasaron y estuvieron la víctima y sus asesinos, y los pasos que dieron estos últimos tras el crimen. Dicen los periódicos:

La Provincia, 22 de septiembre de 1916, página 2: “El día 2 del corriente, en el automóvil de hora de la tarde salieron para Agaete, don Pablo el médico y don José E. Navarro. Este llevaba consigo su maleta, pues se había despedido del Hotel y de allí salió con el alemán.
Al obscurecer llegaron a Agaete a casa de D. Juan Rodríguez y saliendo el día 3 al amanecer en un barquillo para la Aldea, a donde llegaron a las nueve de la mañana de dicho día. Subieron al pueblo y alojados en la posada de la Narcisa permanecían allí. […].

Pinar cumbrero, Gran Canaria. 

Fotografía N.º: 023570. Fotógrafo: Günter Kunkel. Colección: Günter Kunkel. Año: 1968. Lugar: Gran Canaria.

[Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC].

 

El día 11 por la mañana, a las siete, diciendo que marchaban para Tejeda salieron de la Aldea don Pablo el Médico y don José Navarro. El médico montaba una yegua de un distinguido propietario de la Aldea y ante la montura en una tabla que llevaba allí instalada llevaba el maletín del farmacéutico. Este marchaba a pie detrás de la cabalgadura.
La yegua fué pedida para el Sr. Navarro, pero por resultar muy briosa y padecer él una enfermedad molesta para montar [Hidrocele], se le ofreció el médico a írsela amansando por el camino.
El médico alemán, por tener que llevar el maletín del Sr. Navarro, que nunca quería perderlo de vista, dejó en la Aldea su maleta.
De esta guisa emprendieron la marcha el médico y el boticario…
El día 9 o sea dos días antes habían salido para el interior Juan Luis Luigi [Es Luis Ludwig (a) El Carnicero] y sus hombres [Son los otros  alemanes que fueron detenidos y luego puestos en libertad y que se habían reunido con la víctima y los asesinos en la Aldea. Por esto se sospechaba que había una banda de “Apaches”] […]”

[…]

“El camino seguido por los criminales después de cometer el asesinato […] desde las Lagunetas, pago de San Mateo, el alemán envió la yegua  a la Aldea con un arriero.
[…] el día 14 llegó a Arucas D. Pablo el Médico con Luis, y que a Arucas llegó el mismo arriero que llevó la yegua a la Aldea, trayéndole desde esta la maleta que habia dejado allí.
El día 15 marcharon don Pablo y su compañero al Puerto de la Luz, tomando el primer hospedaje en el Hotel Rayo.”

En La Provincia, 25 de septiembre de 1916, página 1: “ El Recorrido. El viaje criminal está ya perfectamente conocido, en cuanto a sitios y fechas: Las Palmas – Agaete (día 2), Agaete – La Aldea (día 3), La Aldea (días 3 a 11), La Aldea – Tejeda (día 11), Tejeda – Pinos de Gáldar (día 12), crimen (día 12, de diez y media a once de la noche), Pinos de Gáldar – Las Lagunetas (la misma noche), Las Lagunetas – Tejeda (día 13), Tejeda – Arucas (día 14), Arucas – Las Palmas (día 15), Las Palmas – San Mateo y viceversa (día 16).
Este ha sido el viaje del “médico” alemán. D. José E. Navarro le acompañó desde el día 2 al 12 a las diez y media de la noche. Luis estuvo en La Aldea hasta el 9 y se le reunió el día 12 en Tejeda estando con él hasta el día 15”.

 

Otras detenciones

Nombramos otras detenciones que se produjeron en un principio. Se creyó incluso que era una banda criminal organizada. En el periódico Ecos, 20 de septiembre de 1916, página 2 se comenta la detención de cuatro alemanes más que estuvieron en La Aldea con los asesinos y la víctima: “Los cuatro alemanes que fueron vistos en La Aldea con Luis, el “médico” y la víctima han sido detenidos esta mañana por la guardia municipal.
Se llaman Humich Dillenberyer, Hermann Vaper, Carl Schud y Fritz Drvego.
Han manifestado que estuvieron en la Aldea el día 6, con la víctima y sus dos compatriotas.
El día 8 marcharon a Tejeda. Allí vieron varias veces a Luis, y desde el día 11 no lo volvieron a ver.
Después regresaron a Las Palmas”.

 

El botín

Extraemos de la sentencia la cuantía y los objetos robados a la vícitma, Sentencias criminales, 1919, Volúmen I, Sentencia Nº 29 : “[…] A la segunda; ¿Es culpable Pablo Anstein conocido por Bernstein y Médico Alemán, una vez consumado el hecho relatado en la anterior pregunta, de haber registrado el cadáver y ropas del Señor Navarro y apoderadose de dos carteras, mas mil quinientas pesetas en papel moneda, cuarenta pesetas en plata, un reloj, una cadena, un medallon con brillantes, unos lentes con cadenilla de oro, una sortija de oro con brillante, otra de oro, valoradas en setecientas ochenta y sies pesetas cincuenta céntimos, un cheque firmado, dos resguardos de depósitos hechos a favor del interfecto en el Banco Español del Río de la Plata en Madrid, uno de cinco mil pesetas y otro de títulos de la deuda española de setenta y cinco mil pesetas nominales, los justificantes de estos créditos, asi como de la personalidad del Señor Navarro, cartas y otros documentos utilizables para intentar hacer efectivos todos esos capitales y apoderádose ademas de las botas del mismo Señor Navarro, que valían siete pesetas cincuenta centimos? Sí […]”.

En el periódico La Provincia, 21 de septiembre de 1916, página 1: “[…] En una casa de mala nota de la calle de Venegas, de la que es propietaria una tal Dolores Torren, se hallaron los zapatos y la maleta de la pertenencia del infortunado D. José, objetos ambos que llevó allí Luis Luigi [Es Ludwig].
En el interior de la maleta se encontraron los siguientes objetos:
Unos lentes de oro, con cadenilla del mismo metal. Un dije de reloj con un brillante en el centro. Un reloj pulsera, también de oro. Una máquina Gillet, de afeitar; dos revólveres de diferentes calibres, y unos calzoncillos con las iniciales E.N., alhajas y objetos reconocidos por un dependiente del Hotel Universal como de la propiedad de D. José”.

 

Anécdota espeluznante en Arucas

Comento una anécdota que puede indicarnos la calaña de nuestros asesinos y que me impresionó bastante cuando la leí. El Tribuno, 23 de septiembre de 1916, página 2: “[…] El titulado médico alemán y otro sujeto desconocido que le acompañaba, llegaron a Arucas el día 12, hospedándose en el “Hotel Oriente”. Según manifestaron, venían de Mogán habiendo hecho el viaje en dos bestias mulares, las que remitieron al citado pueblo con un individuo de Arucas.
En el hotel pidieron con especial empeño les fuera cedida la habitación que da a la calle en el piso bajo, la que no se les pudo facilitar.

Calle León y Castillo, Arucas.

Fotografía N.º: 026499. Colección: Ayuntamiento de Arucas. Año:1911.

[Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC].

 

El mismo día 14, después de haber recorrido la población y comprado algunos objetos en diferentes establecimientos, entraron en una carnicería, donde se proveyeron de medio kilo de carne, dirigiéndose al referido hotel. Ya en éste pidieron a un mozo cebolla y pimienta para salpicar la carne, después de mojada, comiéndosela luego sin otra preparación.
Observando el médico que al mozo le llamaba la atención verle comer la carne cruda, hubo de invitarle con ella diciéndole en sentido irónico, era la cabeza de un niño que acababa de matar.
Como se vé la broma era la revelación de un espíritu sanguinario , capaz del crimen que se le atribuye”.

 

Sentencia

El fallo del jurado y la sentencia final fue la de pena de muerte. Cito literalmente la misma extraída de Sentencias criminales, 1919, Volúmen I, Sentencia Nº 29 : “[…] Fallamos que debemos condenar y condenamos a cada uno de los acusados Pablo Anstein o Berstein Hoffer conocido por el “médico alemán” y Juan Ludwig (a) “el carnicero” como autores responsables criminalmente de un delito complejo y consumado de robo con ocasión del cual resultó homicidio y con la concurrencia de cinco circunstancias agravantes y ninguna atenuante, a la pena de muerte, que se ejcutará en la forma y del modo dispuesto en los artículos ciento uno a ciento cuatro del Código Penal con la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua caso de ser indultados, si especialmente no se remite en el indulto dicha pena accesoria y al pago de las costas por mitad; a que mancomunada y solidariamente indemnicen a los herederos de Don José Ezequiel Navarro Gisbert en la cantidad de cinco mil pesetas; entreguese a dicho herederos el dinero, alhajas, ropas, enseres y documentos que procedentes del robo fueron ocupados a los condenados, asi como todo lo que estos compraron con dinero de igual procedencia incluso la dentadura de oro que poseia el interfecto; decretamos el comiso de las alhajas, ropas y efectos que pertenecientes a dichos procesados, dicese, condenados con anterioridad a la comisión del delito, les fueron ocupados, cuyo importe, hasta donde alcance, se aplicará al pago de la indemnizción señalada, si esta no fuese satisfecha por aquellos y en cuanto a las alhajas que el Anstein o Berstein compro en la joyeria de Don Carlos Pfluger apliquese su importe hasta donde alcance el pago de la indicada indemnización, pudiendo dicho señor Pfluger o Don Antonio Navarro reivindicar las referidas alhajas en la forma legal; decretamos la perdida y comiso de las armas y demas instrumentos con que el delito se cometió, los que se inutilizaran con arreglo a la Ley; y aprobamos por sus propios fundamentos y con la calidad de sin perjuicio el auto por el que el Juez de instrucción declaró insolventes a los condenados. Se hace constar que la Sala se retiró a deliberar y dictar sentencia a las veinte y tres del dia de ayer y terminó a la una y treinta minutos del de la fecha. Asi por esta nuestra sentencia que original con el veredicto se unirá al rollo, de Sala llevando certificacion de ella al libro correspondiente, la pronunciamos, mandamos y firmamos. Ángel Reguero Guisasola =Marcial Rodriguez= Luis Piernavieja. =// Es conforme con su original a que me refiero y para unir al legajo de sentencias que se custodia en la Sala, libro la presente certificación en Las Palmas a dos de Abril de mil novecientos diecinueve. //”. [Rubricado por Ignacio Pérez Galdós y por el Presidente accidental Ángel Reguero y Guisaguisola].

 

Retrato de Diego Mesa y López, Inspector de Policía que descubrió y detuvo a los criminales.

[Fuente: Moreno, M. ( 31 de octubre de 1982). El Personaje y su Anécdota. «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.28].

Continuará….

Jesús M. Cabrera.

MrB Genealogista.

 

 

 Fuentes:

Fotografías N.os: 00361, 015965, 023570 y 026499. Fuente: Archivo de fotografía histórica de Canarias, FEDAC.

Fotografía de la víctima, José E. Navarro Gisbert. Fuente: Socorro Santana, P. ( 15 de febrero de 2015). La Cruz del Boticario. La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria, p.22.

Fotografía de la Cruz del Boticario: Carta etnográfica 09882. FEDAC.

Recreaciones del crimen (I y II). Fuente: Moreno, M. ( 16 de junio de 1985). Siesta de Memorias. La verdadera historia del famoso crimen de Los Pinos de Gáldar (2). «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.28.

Libros de Sentencias y de Registro de Sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (1823-1993). Sentencias Criminales. Año:1919, Volumen I. Sentencia Nº.: 29. Archivo Histórico Provincial de Las Palmas.

Retrato de Diego Mesa y López. Fuente: Moreno, M. ( 31 de octubre de 1982). El Personaje y su Anécdota. «La Provincia», Las Palmas de Gran Canaria, p.28.

Prensa:

– “Apaches” en Canarias. (22 de septiembre de 1916). La Acción, Madrid, p.5. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
– El Crimen de los “Pinos de Gáldar”. Un problema. (25 de septiembre de 1916). La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria, p.1. Recuperado de Jable. Archivo de Prensa Digital de la ULPGC.
– Descubrimiento del crimen de Guía. El detenido. Registro en la habitación del alemán. (20 de septiembre de 1916). El Tribuno, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de los “Pinos de Gáldar”. (29 de marzo de 1919). El Progreso:Diario Republicano, Santa Cruz de Tenerife, p.2. Recuperado de Jable. Archivo de Prensa Digital de la ULPGC.
– El Crimen de Guía. Antecedentes. Pablo en Tenerife. (23 de septiembre de 1916). Ecos, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de Guía. El supuesto coautor del crimen. (21 de septiembre de 1916). El Tribuno, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de Guía. El desaparecido. (19 de septiembre de 1916). Ecos, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de Guía. La vida de la víctima. (22 de septiembre de 1916). Ecos, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– ¿Un crimen en Guía?. La ropa del muerto. (18 de septiembre de 1916). El Tribuno, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de Gáldar. Relato de un asesino. (26 de septiembre de 1916). El Globo, Madrid, p.2. Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
– El Crimen de los “Pinos de Gáldar”. El Crimen. Detalles horripilantes. (21 de septiembre de 1916). La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria, p.1. Recuperado de Jable. Archivo de Prensa Digital de la ULPGC.
– El Crimen de los “Pinos de Gáldar”. De viaje. (22 de septiembre de 1916). La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Recuperado de Jable. Archivo de Prensa Digital de la ULPGC.
– El Crimen de los “Pinos de Gáldar”. El recorrido. (25 de septiembre de 1916). La Provincia, Las Palmas de Gran Canaria, p.1. Recuperado de Jable. Archivo de Prensa Digital de la ULPGC.
– El Crimen de Guía. Los cuatro alemanes. (20 de septiembre de 1916). Ecos, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.
– El Crimen de Guía. De nuestro corresponsal en Arucas. (23 de septiembre de 1916). El Tribuno, Las Palmas de Gran Canaria, p.2. Archivo Hemeroteca del Museo Canario.

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